miércoles, 5 de diciembre de 2012

Ñoñés

Estoy en plenas vacaciones. Salgo a caminar harto, vamos a veces a tomar una cerveza con mi hermano y mi cuñada, hacemos asados, espero mi pasaporte visado para poder ir a Puerto Rico, y trato de hacer algo de actividad mental para que mi cerebro no se duerma (entre lo fumado y lo tomado no quiero que se desintegre). Aparte de eso veo miles de series (y las comentámos con mi hermana Fe vía facebook), miro películas, duermo y escucho música la mayor parte del tiempo, y ha sido bacán. Vacaciones, las necesitaba mucho más de lo que pensaba.

Pero hacer cosas ñoñas no me cansa, ni me estresa, ni me aburre. Me encanta. Me hace ñoñamente feliz. 

Es super difícil encontrar información sobre actividades culturales acá, hay super poco en la web y lo poco que hay esta muy disperso. Pero dicen que el que busca...

Fui a un Simposio de Arte Religioso en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (la primera del continente). Como en todo simposio, hubo el más variopinto tipo de expositores; algunos aburridísimos, otros ultra canutos (los dominicanos son particularmente creyentes), y unos ultra secos. Había una vieja que se había ido a meter a unas fiestas religiosas de unos pueblos perdidos en el tiempo y el espacio y los había registrado, otro que contó todo el proyecto de remodelación y puesta en valor de la Catedral Primada de América, el futuro museo y la creación de circuitos por el barrio, un caballero que se mandó la lata de ver como ha evolucionado el uso de iconografía religiosa en el arte dominicano hasta la actualidad... fueron dos días en que se habló de artes, ritos, historia, símbolos y sincretismo. Lo pasé la raja.


Auditorio Manuel Cabral, Universidad Autónoma de Santo Domingo. 
Noviembre 2012.

Aparte de eso y de ver por streaming una conferencia de Todorov (¿Es la memoria un remedio contra el mal?), la otra ñoñez grande fue ir a la Bienal de Arquitectura y conocer la biblioteca. Andaba yo buscando la Biblioteca Nacional, ya que tengo ahí una idea loca de artículo que quiero hacer, y me dí cuenta que las instituciones culturales más importantes de la ciudad están todas en un mismo parque (algo así como la Quinta Normal de Santiago). Es bacán, el Teatro Nacional, la Cineteca, tres Museos y la Biblioteca, los edificios todos cerquita con parque entremedio, nada mejor, uno pasea entre la naturaleza para ir de un sitio a otro. Me metí al Museo de Arte Moderno a preguntar una cosa y estaba la Bienal. Super bueno el montaje, estaban los proyectos organizados por categorías, dos o tres fichas por proyecto y las maquetas de los más bacanes. La inmensa mayoría eran proyectos privados (tengo serias dudas de que el Estado se dedique a otra cosa distinta que robarle a los dominicanos). Lo otro que me llamó la atención es que, de todos los proyectos de intervención urbana, solo uno tenía contemplada la participación de la comunidad. Pucha que estamos atrasados en los temas de participación ciudadana. Y todavía hay pasteles que dicen que uno puro se queja por nada cuando los ciudadanos reclamamos nuestros derechos.




Después de ver la Bienal y la muestra permanente me metí a la biblioteca del museo, que es especializada en arte (la Biblioteca Nacional, recién remodelada, esta cerrada por fumigación). Hay dos funcionarios, uno al computador (don Julio) y una revisando documentos (aún no sé su nombre). Yo les pedí que me enseñaran como funciona la cosa, pregunté si están los catálogos en digital y de ahí uno saca los códigos y los pedía o cual era el sistema para poder leer un rato. El hecho que hubieran sillas plásticas en la sala de lectura era una pista sobre como funcionaba todo. Me dijeron que no había nada digitalizado, que estaban justo trabajando en eso, así que qué pasara al depósito nomás y fuera sacando lo que necesitara. ¡Que agrado! ¡me metí al depósito!, me preocupó un poco la falta de seguridad, pero se me pasó luego, es demasiado rico poder estar ahí a mi gusto y ojear lo que quiera. Finalmente me decidí por "La Ciudad del Ozama. 500 años de urbanismo en Santo Domingo". Un mamotreto de cien mil millones de páginas, que además de ser un manual que habla desde la fundación a la actualidad, tiene muchos planos y fuentes primarias. A leer. Aprendiendo y escribiendo. Espero tener mi primer artículo del viaje antes de partir a Ciudad de México.




En eso he andado las últimas semanas. Voy la biblioteca algunas mañanas, en la tarde me vengo a la casa, escribo, duermo, sigo viendo series y películas, camino, fumo y tomo pilsen. Increíble como se ha pasado el tiempo, todavía no sé si está pasando muy rápido o muy lento.



1 comentario:

  1. Han habido algunos momentos de mi vida, que han sido así claro que en Stgo. Leer, escribir, pasear, tomar, comer y retozar. Qué agrado de vida. Me interesó un montón el asunto de las iglesias y su iconografía. La ñoñez la lleva.
    Me dieron ganas de hacerme un tiempo y leer.
    Un abrazo lenga.

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