viernes, 23 de agosto de 2013

Locombia

Llevo más de dos meses en Colombia. Y más de diez meses ya de viaje. A veces no entiendo a donde se me va el tiempo, debe ser porque me paso revolviendola.

Amanecer en Gestsemaní. Julio 2013.

Colombia es la cumbia. Cuando me levanto en las mañanas siento como que todas las energías del universo están en este país en este momento. Fuerte, ¿no?, pero es que en verdad lo tiene todo, desde café hasta vallenato, desde cocaína hasta esmeraldas. La gente es trabajadora y alegre, amable y generosa. Me encanta que me hagan sentir como en casa.

He paseado por la costa norte del país. Cartagena es mi centro de operaciones, donde está mi barrio y donde voy a pasar el cumpleaños con mis amigos nuevos. 

Pero aparte de Cartagena estuve en un pueblo de 200 habitantes llamado Minca trabajando en un restaurante (cuando no trabajaba caminaba por el campo y comía mangos en el rio), en una playa hiper turística donde el negocio anduvo bien movido (conseguí unas cosas bien bonitas y poco a poco me voy desprendiendo de ciertas posesiones), y en Riohacha, en la zona de La Guajira, donde el río se une con el mar (viviendo en la casa de la familia de un amigo, cocinando pescado y haciendo las tareas con los niños). 

¿Minca o Hobbiton?. Agosto 2013.

Volví a Cartagena a trabajar en un hotel por unos días y el lunes parto a Venezuela, el 6 de septiembre tengo que salir del país para tener tres meses más de visa. 

Me ha gustado Locombia, me la he pasado loqueando. 

He aprendido como no se imaginan.

Seguiré recorriendo este país un par de meses más, es demasiado grande y rico, les seguiré contando como va todo.





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