lunes, 11 de febrero de 2013

Volando vengo, volando voy.

Amé Chiapas. Para mí fue lejos lo más lindo de México. Tiene una energía super especial. A pesar de que hay muchos turistas se conserva un ritmo de vida pueblerino y tradicional.

Fuí a una iglesia que se mueren. Queda en un pueblo llamado San Juan Chamula. Nunca había visto algo igual. No tiene bancas y todo el suelo está cubierto de unas ramas como de pino. Las esculturas de los santos son rarísimas y los indígenas a pata pelada hacen sus rituales de sanación con velas (muchísimas), gallinas (vivas) y coca-cola (freak).

Estuve en otro pueblo, uno indígena, llamado Chenalhó. Era la persona con la piel más blanca. El pueblo estaba bello y el camino entre los cerros para llegar, una maravilla. Eso sí a ratos me sentía un poco incómoda por como me miraba la gente. Algunas personas eran super amables, pero otras miraban con gran desconfianza.
Chenalhó. Como viajar en el tiempo.

Me alojaba en San Cristobal de las Casas, ese era el centro de operaciones en Chiapas, conocí a unos hippies de lo mas buena onda que me enseñaron a viajar más ligero y a preparar mole. Dejé ese lugar con mucha nostalgia. Tan re buena para encariñarme que soy. Solo la expectación de los nuevos destinos me mantienen en constante movimiento.

Por Yucatán anduve a dedo. Es super seguro porque al ser una zona tan turística hay controles de policia todo el tiempo y mucho movimiento. Vi el imponente Chichen Itza, me bañé en unos cenotes, conocí la ciudad blanca de Mérida, disfruté de la gente y las playas de Tulum, estuve una tarde completa flotando y tomando chela en la laguna de Bacalar, unos monos comieron de mi mano en Belice, volé por Flores prometiendo volver y ya estoy en Antigua, Guatemala. Mañana parto a Mazatenango a ver el carmaval. De ahí la idea es estacionarme un poco acá. De nuevo necesito parar un poco. Uno se nutre con la gente y la belleza, pero cansa lidiar con la adrenalina, el miedo y el constante movimiento. Por eso voy parando de cuando en vez. Vacaciones de las vacaciones.
Salgo regia, acéptenlo.
Yo ya sabia que me gustaba viajar. Pero me he dado cuenta que me gusta demasiado. Mis pies están llenos de durezas y ampollas. Mi mochila cada vez más liviana. Mi cerebro está lleno de información, y mi corazón maravillado de tanta belleza. 

Mi próximo plan depues del carnaval  es estar el 1º de junio en Bogotá reuniéndome con mi amiga Maida. Lo que pase entremedio no lo sé. Pero se los iré contando.

¡Saludos y buena suerte! 

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